
6
marzo
Señor Jesús, que tienes a todos los niños entre tus predilectos, vamos a recorrer y a meditar sobre tu camino de dolor. Aquel que viviste hace siglos y que sigues viviendo hoy especialmente en los niños que sufren.
En el nombre del Padre y del hijo y del Espíritu Santo.
Primera estación: Jesús es condenado a muerte
Te adoramos Cristo y te bendecimos; Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo.
Señor Jesús, fuiste condenado injustamente como muchos niños que hoy mueren a causa de las guerras, del hambre, de las enfermedades, del abandono. Ayúdanos a no ser indiferentes ante esta realidad y a cultivar un corazón de servicio, que siembre en nuestro prójimo la vida y la esperanza.
Cantemos: Perdón, Señor, de tu pueblo ten piedad…
Segunda Estación: Jesús carga con la Cruz
Te adoramos Cristo y te bendecimos; Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo.
Señor, aceptaste la cruz sobre tus hombros por amor hacia nosotros. Hoy, muchos niños deben trabajar largas y duras jornadas, sin poder ir a la escuela, descansar o jugar. Ayúdanos Jesús a educarnos para participar en la construcción de una sociedad igualitaria, en donde el respeto por la dignidad sea el camino que permita a la niñez, crecer para ser feliz.
Cantemos: Perdona tu pueblo Señor, perdona tu pueblo, perdónale Señor.
Tercera Estación: Jesús cae bajo el peso de la Cruz.
Te adoramos Cristo y te bendecimos; Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo.
Tú ejemplo Jesús, permite que me levante de las caídas de todos los días, cuando he querido obedecer tus mandamientos y vuelvo a mis defectos y pecados. Muchos niños y jóvenes caen en el sufrimiento de la droga, de la violencia y de la deshonestidad. Ayúdalos Señor a encontrar el camino de la Fe, que les de valor para levantarse, transformar sus corazones y cambiar sus vidas.
Cantemos: Por Tu cruz redentora, nuestro señor Jesús, concede a quien te adora misericordia y luz.
Cuarta Estación: Jesús encuentra a su Madre.
Te adoramos Cristo y te bendecimos; Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo.
Jesús, permite a todos los niños experimentar el cariño maternal de tu Madre en cada momento de sus vidas. Virgencita María, que cuando a mí me vean, a ti te vean. Enséñanos la bondad y a servir siempre a nuestros hermanos, perdónanos por las veces que nos hemos olvido de ti y ayúdanos a confiar siempre en Dios y a ser obedientes a su voluntad.
Ave María – Cantemos: Perdón, Señor, de tu pueblo ten piedad…
Quinta Estación: El Cirineo ayuda a Jesús a llevar la Cruz.
Te adoramos Cristo y te bendecimos; Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo.
Muchos niños, sufren hambre, sed, están desnudos, enfermos, encarcelados, tristes, viven en la ignorancia. Perdónanos Señor por nuestra indiferencia y permítenos ser capaces de comprender el sufrimiento de los demás y de estar dispuestos a tender nuestra mano, para ayudar a hacer más liviana la cruz de quienes están cansados.
Padrenuestro – Cantemos: Perdona tu pueblo Señor, perdona tu pueblo, perdónale Señor.
Sexta Estación: La Verónica limpia el rostro de Jesús.
Te adoramos Cristo y te bendecimos; Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo.
Todos hemos sido creados a tu imagen y semejanza Señor Jesús y desde el día de nuestro Bautismo, hemos sido transformados en el templo de tu Espíritu y has puesto tu luz en nosotros. Señor Jesús, perdona a quienes, con sus pensamientos, palabras y acciones, han apagado la luz en el alma de un niño y despierta Tú rostro, en el corazón de quienes se encarguen de volver a encenderla.
Cantemos: Por Tu cruz redentora, nuestro señor Jesús, concede a quien te adora misericordia y luz.
Séptima Estación: Jesús cae por segunda vez.
Te adoramos Cristo y te bendecimos; Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo.
Jesús, reconocemos que somos débiles y que cada día caemos nuevamente, por ejemplo, cuando mentimos, desobedecemos, tomamos lo que no es nuestro, peleamos, sentimos envidia o nos dejamos llevar de la pereza. Ayúdanos a comprender que cada vez que actuamos mal, aumentamos el peso de tu cruz. Así, podremos levantarnos del pecado, con el firme propósito de no faltarte más y de ser mejores cada día.
Cantemos: Perdón, Señor, de tu pueblo ten piedad…
Octava Estación: Jesús consuela a las hijas de Jerusalén.
Te adoramos Cristo y te bendecimos; Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo.
Señor Jesús, algunos niños en ocasiones no comprenden del todo tu gran amor. Perdónalos por las veces que han visto a alguien que sufre y no lo han consolado, perdónalos por las veces en que sus padres han sufrido por su mala conducta, perdónalos Jesús por las veces en que han sido desobedientes, porque no estudian o pelean. Ayúdalos a ser dóciles a Tú palabra y a vivir en Tú amistad, para que disfruten del gozo y la tranquilidad.
Cantemos: Perdona tu pueblo Señor, perdona tu pueblo, perdónale Señor.
Novena Estación: Jesús cae la tercera vez.
Te adoramos Cristo y te bendecimos; Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo.
Señor Jesús, como niños, perdónanos por las veces que no hablamos contigo al levantarnos, por las veces que no te damos gracias por la vida y por nuestros padres, amigos y familiares, por las veces en que no agradecemos la salud, los estudios, la eucaristía, el hogar. Permítenos ver más allá de lo material y no caer una vez más, en la trampa de lo superficial, para que podamos valorar todas las bendiciones que recibimos a diario.
Cantemos: Por Tu cruz redentora, nuestro señor Jesús, concede a quien te adora misericordia y luz.
Décima Estación: Jesús es despojado de sus vestiduras.
Te adoramos Cristo y te bendecimos; Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo.
En el mundo se da el contraste entre millones de niños que mueren de hambre y miles de niños que comen demasiado o desprecian la comida. Niños que, deseándolo, no pueden asistir a la escuela, mientras que muchos otros no quieren aprovechar la oportunidad de aprender. Muchos niños carecen tanto de bienes materiales como espirituales. Perdona Señor nuestra soberbia y enséñanos a valorar lo que tenemos y a ser agradecidos.
Cantemos: Perdón, Señor, de tu pueblo ten piedad…
Décima primera Estación: Jesús es clavado en la Cruz.
Te adoramos Cristo y te bendecimos; Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo.
Muchas veces hemos actuado como el ladrón orgulloso, que no reconoce sus errores y no pide perdón por sus pecados. Perdona Señor Jesús, nuestra falta de humildad y concédenos ser buenos cristianos, que te amen mucho y te sigan, que reconozcan sus pecados, los confiesen y cambien sus vidas. Ayúdanos a merecer nuestra Salvación con obras de amor a los demás.
Cantemos: Perdona tu pueblo Señor, perdona tu pueblo, perdónale Señor.
Cantemos: Por Tu cruz redentora, nuestro señor Jesús, concede a quien te adora misericordia y luz.
Décima segunda Estación: Jesús muere en la Cruz.
Te adoramos Cristo y te bendecimos; Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo.
Señor Jesús, Que tu muerte no sea inútil para nosotros, que podamos vivir siendo buenas personas y amando a los demás como tú nos enseñaste. Perdónanos cuando solo buscamos nuestro bien y no somos capaces de sacrificarnos por los demás. Ayúdanos a comprender el valor de tu muerte y la importancia de vivir una vida santa.
Cantemos: Perdón, Señor, de tu pueblo ten piedad…
Décima tercera Estación: Jesús es bajado de la Cruz y entregado a su Madre.
Te adoramos Cristo y te bendecimos; Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo.
Querido Jesús, te pedimos que la Virgen María, esté siempre cerca nuestro, como lo estuvo en Tu vida, aún en los momentos más duros y dolorosos. Gracias por darnos el maravilloso reglo de una Madre amorosa, protectora e intercesora, que paso a paso, mientras transcurre nuestra vida, nos muestra el camino hacia ti.
Ave María. – Cantemos: Perdona tu pueblo Señor, perdona tu pueblo, perdónale Señor.
Décima cuarta Estación: Jesús es puesto en el sepulcro.
Te adoramos Cristo y te bendecimos; Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo.
Jesús venciste la muerte y con tu resurrección nos abres las puertas de la vida eterna. Ayúdanos a comprender que con nuestro bautismo hemos sido sepultados a las cosas del mundo. Gracias Jesús, padeciste por nosotros, diste Tú vida por nosotros, para que tengamos vida y la tengamos en abundancia. Te pedimos nos ayudes a no apartarnos de tus caminos y así, después de nuestra muerte, gozar de Tú presencia.
Cantemos: Por Tu cruz redentora, nuestro señor Jesús, concede a quien te adora misericordia y luz.