23
octubre
En este mes de las Misiones y del Santo Rosario en el cual todos como familia de Dios nos unimos de manera especial para conmemorar la fiesta de María Auxiliadora y orar junto a ella todos los misioneros del mundo, por las necesidades de cada continente y por nosotros que también estamos llamados a ser discípulos y misioneros de Jesús viviendo con gozo, alegría y compromiso nuestra vocación cristiana. Las invitamos a recordar que somos bautizadas y enviadas a cumplir nuestra misión en la familia, colegio y en el país, con acciones sencillas que nos llevan a la santidad. |
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos (5,12.15b.17-19.20b-21):
Lo mismo que por un hombre entró el pecado en el mundo, y por el pecado la muerte, y así la muerte pasó a todos los hombres, porque todos pecaron. Si por la transgresión de uno murieron todos, mucho más, la gracia otorgada por Dios, el don de la gracia que correspondía a un solo hombre, Jesucristo, sobró para la multitud. Por el delito de un solo hombre comenzó el reinado de la muerte, por culpa de uno solo. Cuanto más ahora, por un solo hombre, Jesucristo, vivirán y reinarán todos los que han recibido un derroche de gracia y el don de la justificación. En resumen: si el delito de uno trajo la condena a todos, también la justicia de uno traerá la justificación y la vida. Si por la desobediencia de uno todos se convirtieron en pecadores, así por la obediencia de uno todos se convertirán en justos. Si creció el pecado, más desbordante fue la gracia. Y así como reinó el pecado, causando la muerte, as! también, por Jesucristo, nuestro Señor, reinará la gracia, causando una justificación que conduce a la vida eterna
Palabra de Dios – Salmo
Aquí estoy, Señor, para hacer tú voluntad
Tú no quieres sacrificios ni ofrendas,
y, en cambio, me abriste el oído;
no pides sacrificio expiatorio,
entonces yo digo: «Aquí estoy.» R/.
«–Como está escrito en mi libro–
para hacer tu voluntad.»
Dios mío, lo quiero,
y llevo tu ley en las entrañas. R/.
He proclamado tu salvación
ante la gran asamblea;
no he cerrado los labios:
Señor, tú lo sabes. R/.
Alégrense y gocen contigo
todos los que te buscan;
digan siempre: «Grande es el Señor»
los que desean tu salvación. R/.
Te damos gracias Señor por esta Eucaristía que hemos compartido, porque te haces pan bueno y compartido para cada uno de nosotros mostrándonos cuál es el verdadero sentido del amor. Que por medio ella tu nos hagas personas capaces de amar y de darte a conocer en todos los lugares donde compartimos, especialmente en nuestros hogares y en nuestro colegio. Gracias Señor por permitirnos seguir a María Auxiliadora quien es madre, modelo y luz que ilumina nuestras vidas, por esto le regalamos un Ave María: Dios te salve María…. |